RAFA DEDI (RAFAEL DE DIOS GARCÍA), poeta y actor, nació en Riaguas de San Bartolomé (Segovia). Ha publicado varios libros, ha recibido numerosos premios y algunos de sus poemas aparecen en los libros de lectura (Calidoscopio, 4º y Perinola 5º de Primaria) de la editorial EDELVIVES y en los libros de lectura (Idioma y Fantasía 4º y 5º que publica la editorial DISTRIBUIDORA NORMA en Puerto Rico.
jueves, 30 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de diciembre de 2010
martes, 28 de diciembre de 2010
Resumen libro "Vivir con vida"
Resumen del libro de poemas titulado “Vivir con vida”, última publicación del poeta español Rafa Dedi.
Para adquirir el libro, poner en google el siguiente enlace:
http://www.eltallerdelpoeta.com/libros22.htm
Pinchar en autores y buscar "Dedi, Rafa"
Su precio es de 10 euros, gastos incluidos.
RAFA DEDI (RAFAEL DE DIOS GARCÍA), poeta y actor, nació en Riaguas de San Bartolomé (Segovia) el año 1957.
Primer Premio “Villa de Leganés” (Leganés, Madrid, 1981) con Nací para ser libre; Primer Premio “AGA” (Bilbao, 1984) con Corazones arrecidos; Primer Premio “AGA” (Bilbao, 1986) con Estación de penuria; Primer Premio “AGA” (Bilbao, 1992) con Hombres de polvo; Mención Honorífica “Ciudad de Miranda” (Miranda de Ebro, Burgos, 1995) con De los sotos al páramo; Primer Premio “Sindicato Nacional de Escritores Españoles” (1995) con Poemas a las cosas; “Medalla de Oro de San Isidoro de Sevilla” (Sindicato Nacional de Escritores Españoles, 1998).
Nació en el campo, vive en el campo, ama al campo y la mayoría de sus poemas están dedicados al campo, aunque no ha dejado de lado ningún otro tema: el mar (vivió cinco años en Menorca), la libertad, el amor, la juventud, la vejez…
Sus poemas más conocidos son los dedicados a las cosas: a un sobre, a un sombrero, a una jaula…
Fue corresponsal y colaborador de “El Adelantado de Segovia”.
Incluido en numerosas obras antológicas, es miembro de varias asociaciones y grupos culturales y colabora asiduamente en revistas y periódicos.
Ha publicado los siguientes libros: Poe (1980); Nací para ser libre (1981); Segovia, mis raíces (1983); La promesa (1987); Hombres de polvo (1992); Si no fuera por ti (1994); Poemas de abatimiento (1995); De los sotos al páramo (1996); Poemas a las cosas (1996); Mar azul, mar negra (1998), Rafa Dedi, poemas (2000), Vivir con vida (2010).
Algunos poemas de su libro Poemas a las cosas aparecen en los libros de lecturas (Calidoscopio, 4º y Perinola 5º de Primaria) de la editorial EDELVIVES y en los libros Idioma y Fantasía 4º e Idioma y Fantasía 5º, que publica la editorial DISTRIBUIDORA NORMA en Puerto Rico.
EL LUGAR DONDE NACÍ
En la vieja Castilla nací,
con la sierra de Ayllón en el fondo,
donde cuidan ganado y labores
unos hombres sin nombre que nombro.
Lo que llevan cargado en los hombros
es un yugo, del que tiran fuerte;
y su esfuerzo, tenaz y diario,
el ganado y la tierra agradecen.
Pero acaso no sea bastante
lo que obtienen con tanto trabajo
y paisanos que al campo querían
terminaron un día marchando.
En la vieja Castilla se llora
a los muertos y a los muertos vivos.
Cuando muera, que sea de muerte,
que no sea por haberme ido.
ESPERANZA
Y volverán al cerro las endrinas,
majuelas a las ramas del majuelo
y moras a las zarzas con espinas.
Y volverán las nuevas primaveras
a llenar las terruchas y senderos
de verdes esperanzas y acederas.
No lloraré a los niños, ni a los viejos,
ni lloraré el silencio de las eras,
ni a las casas caídas de abandono…
LOS NIÑOS
Los niños son la sangre venidera
que regará con sangre nuestros campos.
Los niños son los corazones fuertes
que latirán encima de corazones lacios.
Los niños son la mano necesaria
para obturar heridas y embestir con laureles
al errátil futuro.
Los niños son esas riberas verdes
de nuestros ríos secos.
Los niños son mañana, y en mi pueblo…
¡quedan tan pocos niños!
LABRADORES
Sus casas son de adobes,
con pajar y con cámbara.
Los suelos, embarrados
y las paredes, albas.
Al yugo de la tierra
están yuncidos siempre.
Su flor, la amapola
y su triunfo, las mieses.
Se mueven en los lomos
de las caballerías,
que cada vez que trotan
tañen melancolías,
y van por los caminos,
cañadas y senderos,
el grano de su vida
sembrando en sus terrenos.
Estirpe luchadora
de seres olvidados
que ven hasta del cielo
sus campos castigados.
Pero cómo los quieren
que nadie se les lleva
si cabe de sus vientres
sacar cosechas nuevas.
SECOS ESOS CAMPOS
Donde hay cardos, siembra flores
el labrador cuando siembra
y, a veces, recoge cardos,
regados por la tristeza.
Secos esos campos: ojos
de los hombres con sus penas;
por haber llorado tanto
y quedarse el alma seca.
Se perdieron en el luto
esperando primaveras,
los honrados campesinos
de los pueblos de mi tierra.
Surco arriba, surco abajo,
solos en el campo esperan.
Van esparciendo la vida
por una humilde cosecha.
¡Tantas son las malandanzas
que los pueblos acarrean!
Sol a sol echando horas
y… ¡es tan mísera su hacienda!
Tantas son que por amarte,
sólo por amor se quedan;
por tenerte a ti con ellos
como erial y como vega.
AMANECER
Si el agua corre, es que hay niños
que lo hacen correr.
Si el viento sopla, es que hay niños
que lo hacen soplar.
Si amanece,
es que ha nacido un niño.
Agua estancada soy yo, la vejez.
Tímido soplo, que apenas se ve.
Día sin luz ni calor.
Los niños tienen el sol y los aires.
Los niños tienen la fuerza en los pies.
Los niños suben al potro del viento
y se levantan después de caer.
Pero los viejos caminan despacio.
Si tienen potro, no pueden subir.
Van hacia donde les lleven los vientos
y sólo esperan el cielo al morir.
MI FLOR
Toma, mujer, mi flor: la amapola.
Las rosas son las flores de los otros.
Toma, mujer, como mi sangre, roja:
se la bebió en tu ausencia poco a poco.
Toma, mujer: la reina de los campos.
No conoció rosal que la quisiera.
No sé por qué se me parece tanto.
Sí que lo sé: es, como yo, de tierra.
LO QUE YO AMO
Yo amo lo sencillo, lo casero,
a las gentes humildes, verdaderas,
a las cosas pequeñas, a las eras,
al rebaño que abreva en el venero,
al niño que no sabe de dinero
y a ti que, como yo, te desesperas
por muchas haber sido las esperas
y pocos los encuentros; por cochero,
al viento que reviente las cadenas;
salud, que no riquezas, por carroza;
sonrisas por corceles y no penas;
y aquí, donde la paz se vive y goza,
quedar contra derrotas y condenas
lo mismo que la mies sobre la broza.
MI PUEBLO
Mi pueblo es de secano (cereales…)
y por agua, del cuerpo caluroso,
el sudor repugnante y oneroso
que les brota furioso a manantiales.
Mi pueblo es de tocino, boina y peales
y no de señorío primoroso.
Mi pueblo, aunque sencillo, es más hermoso
que los lugares faustos y reales.
Te quiero, pueblo mío, con tus lares
de adobe, con tus charcos y praderas,
con tus páramos yermos y el plantío,
con tus amontonados muladares,
tus ejidos, tus hatos y tus eras…
¡y con tus sementeras, pueblo mío!
EL RÍO DE MI PUEBLO
Angosto porque sólo
le llueven estrecheces.
Ovillo que recoge
los hilos de tristeza
y va sin equipaje
de ranas y de peces
soñando los lugares
a los que nunca llega.
El río que conozco,
callado y combatiente,
que no es río corriente
pues no lava ni riega.
El río misterioso,
que calla lo que siente
y avanza con su poco
caudal por la maleza.
El río solitario,
que fluye entre las mieses.
El río, que no es río
de cantos y de arena.
El río campesino,
que llora a los ausentes
y lleva un viejo puente
colgado a las acuestas.
EL POLVO
Polvo nuevo, polvo viejo…
Polvo que al cielo camina.
Levantar polvo es hacer
brotar del suelo la vida.
Son el polvo de los surcos
y el polvo de los rebaños
el aliento indispensable
de la boca de los campos.
Polvo viejo, poco polvo.
Nubes inmensas el nuevo.
De lo uno y de lo otro
que tenga polvo mi pueblo.
Eternamente orgullosos
seguid al cielo elevando,
sea mucho o sea poco,
el polvo de vuestros pasos.
NOCHES FELICES
¡Qué felices las noches en los bares
pasándose el porrón de peripecias
si sólo pintan copas en los aires!
Y cuando pintan oros… ¡qué felices!
Pero su palo casi siempre es otro
y entre sus cartas pocos oros viven.
Las de su palo son, ellos lo dicen,
las espinas, las zarzas, el trabajo…;
las de su palo son, aunque no pinten,
las espadas clavadas en sus carnes;
las de su palo son también los bastos,
que les asestan golpes incontables.
¡Qué felices las noches en los bares
con el porrón y, pinten lo que pinten,
mirándose en la cara de los naipes!
BAJO EL POLVO
Bajo el polvo del camino los rebaños,
bajo el polvo.
Bajo el polvo de la tierra
los labriegos.
Bajo el polvo levantado
por el paso de los tiempos.
Muchas casas abatidas
bajo el polvo de la ausencia
y leve soplo de vida
el polvo de las cosechas.
EL NOMBRE DE MI PUEBLO
Hoy todo es como es, nada es somero.
Callado, pero lleno de canciones.
Y se ven las estrellas en el cielo
como ramos de flores.
El aire que respiro es… impensable.
Ayer respiraría de lo mismo,
pero se vino aquí de las ciudades
en busca de cariño.
Con el polvo a la grupa del camino
la gente va de albarcas, boina y peales;
una pequeña bota con el vino
y un corazón muy grande.
Miro el reloj: parece que no corre.
¡Hoy la ciudad está tan bien tan lejos!
¡Tanta pradera!¡Tanta paz que dice
el nombre de mi pueblo…!
LOS MOZOS
¡Qué terrones más fuertes los mozos y qué solos
haciéndose notar entre los surcos, sobresaliendo
tanto y tanto del trágico nivel que la rastrilla
imperante y mandataria de la senectud impuso!
¡Qué montones de polvo comprimido, irrompible
por cualquier azadón que no sea el del tiempo;
con el corazón roto por falta de lugar
carnal donde ponerle sin que se hiciera daño!
Ni todas las obradas de vastos pedregales,
cuando sus uñas caven, negárseles podrán.
Yo sufro por sus dedos, débiles, que no encuentran
afirmación de hembra con la que hacer hogar.
EL MUSGO DE LOS SUEÑOS
Levanta el sol, se lleva las estrellas
que la rosada en la pradera puso.
Sobre el cuerpo mojado de las piedras
y sobre las cortezas de los árboles,
como hinchazón, sobresaliendo, el musgo.
Al levantar el sol, sobre sus hilos
se tienden a secar ropas y cuerpos.
Sobre las piedras mira el campesino
y sobre las cortezas de los árboles
a ver si nace el musgo de los sueños.
EL CAMPO
Aquí arriba no tengo
nada más que a la espiga;
ancianos, que laboran
los campos del recuerdo;
la casa donde solo
mi soledad habita;
el aire, sano, puro
y el plácido silencio.
Aquí arriba es abajo,
según decís vosotros,
pero yo no comparto
los dictámenes vuestros.
Placeres y riquezas
conozco a lo que obligan:
aquí arriba es arriba
por lo bien que me siento.
Respiro sus perfumes,
escucho sus sonidos,
camino hasta sus cumbres,
retorno cuando llego;
y espero que concluya
mi vida en estos pagos,
al lado del arado
mis surcos escribiendo.
DEJADME LA PAZ
Dejadme la paz, vivir en el campo.
Quedaos la guerra de la gran ciudad.
Tranquila existencia es lo que reclamo.
Dinero es dinero, no felicidad.
¡Dejadme, dejadme, dejadme la paz!
Porque yo... mirando las casas caídas,
a los cuatro viejos que ya no se irán,
a los que laboran y a los que se piensa
que dentro de un tiempo también partirán,
soy feliz. ¡Dejadme, dejadme la paz!
EL GRANO DE LOS PUEBLOS
El grano de los pueblos es la vida
tranquila, respirar el aire puro.
Aquí me vine porque aquí me curo,
aquí encontrada la razón perdida.
Allá la gente triste y abatida
y un cielo cada día más oscuro.
Aquí la claridad; y el campo duro,
labrado por la mano dolorida.
Al mundo no le queda otra salida:
el campo, lo veréis, es el futuro.
ESPERANZA Y VUELTA
Ya no tienen sudor: todo lo echaron
orgullosos a cambio de las mieses.
En sus sueños, mugidos de las reses
y cosechas que nunca terminaron.
A marcharse de aquí les obligaron,
deseosos de alzar sus intereses,
pero fieles al campo y sus reveses
a su tierra de siempre regresaron.
A su tierra de ejidos y de arados,
de simientes logradas y pedidas,
de plantíos, de ríos y de prados.
A la tierra que causa sus heridas
y abarrota de flores sus collados.
A su tierra, a sus campos, a sus vidas.
HE DE SER
He de ser corderillo
que salta en el otero
huyendo de la turbia
mirada de la tierra
y escaparme del hato
que cuidan los pastores
en busca de otros cerros,
melgares y praderas.
He de ser por mí mismo,
hacer lo que deseo,
caminar el camino
de mis propias ideas;
desnudarme del polvo
que producen mis pasos
y cubrirme del polvo
que produzcan mis huellas.
***
Para el que busca la felicidad,
el campo es mi receta preferida,
que no es vivir con más, sino con vida.
Para adquirir el libro, poner en google el siguiente enlace:
http://www.eltallerdelpoeta.com/libros22.htm
Pinchar en autores y buscar "Dedi, Rafa"
Su precio es de 10 euros, gastos incluidos.
RAFA DEDI (RAFAEL DE DIOS GARCÍA), poeta y actor, nació en Riaguas de San Bartolomé (Segovia) el año 1957.
Primer Premio “Villa de Leganés” (Leganés, Madrid, 1981) con Nací para ser libre; Primer Premio “AGA” (Bilbao, 1984) con Corazones arrecidos; Primer Premio “AGA” (Bilbao, 1986) con Estación de penuria; Primer Premio “AGA” (Bilbao, 1992) con Hombres de polvo; Mención Honorífica “Ciudad de Miranda” (Miranda de Ebro, Burgos, 1995) con De los sotos al páramo; Primer Premio “Sindicato Nacional de Escritores Españoles” (1995) con Poemas a las cosas; “Medalla de Oro de San Isidoro de Sevilla” (Sindicato Nacional de Escritores Españoles, 1998).
Nació en el campo, vive en el campo, ama al campo y la mayoría de sus poemas están dedicados al campo, aunque no ha dejado de lado ningún otro tema: el mar (vivió cinco años en Menorca), la libertad, el amor, la juventud, la vejez…
Sus poemas más conocidos son los dedicados a las cosas: a un sobre, a un sombrero, a una jaula…
Fue corresponsal y colaborador de “El Adelantado de Segovia”.
Incluido en numerosas obras antológicas, es miembro de varias asociaciones y grupos culturales y colabora asiduamente en revistas y periódicos.
Ha publicado los siguientes libros: Poe (1980); Nací para ser libre (1981); Segovia, mis raíces (1983); La promesa (1987); Hombres de polvo (1992); Si no fuera por ti (1994); Poemas de abatimiento (1995); De los sotos al páramo (1996); Poemas a las cosas (1996); Mar azul, mar negra (1998), Rafa Dedi, poemas (2000), Vivir con vida (2010).
Algunos poemas de su libro Poemas a las cosas aparecen en los libros de lecturas (Calidoscopio, 4º y Perinola 5º de Primaria) de la editorial EDELVIVES y en los libros Idioma y Fantasía 4º e Idioma y Fantasía 5º, que publica la editorial DISTRIBUIDORA NORMA en Puerto Rico.
EL LUGAR DONDE NACÍ
En la vieja Castilla nací,
con la sierra de Ayllón en el fondo,
donde cuidan ganado y labores
unos hombres sin nombre que nombro.
Lo que llevan cargado en los hombros
es un yugo, del que tiran fuerte;
y su esfuerzo, tenaz y diario,
el ganado y la tierra agradecen.
Pero acaso no sea bastante
lo que obtienen con tanto trabajo
y paisanos que al campo querían
terminaron un día marchando.
En la vieja Castilla se llora
a los muertos y a los muertos vivos.
Cuando muera, que sea de muerte,
que no sea por haberme ido.
ESPERANZA
Y volverán al cerro las endrinas,
majuelas a las ramas del majuelo
y moras a las zarzas con espinas.
Y volverán las nuevas primaveras
a llenar las terruchas y senderos
de verdes esperanzas y acederas.
No lloraré a los niños, ni a los viejos,
ni lloraré el silencio de las eras,
ni a las casas caídas de abandono…
LOS NIÑOS
Los niños son la sangre venidera
que regará con sangre nuestros campos.
Los niños son los corazones fuertes
que latirán encima de corazones lacios.
Los niños son la mano necesaria
para obturar heridas y embestir con laureles
al errátil futuro.
Los niños son esas riberas verdes
de nuestros ríos secos.
Los niños son mañana, y en mi pueblo…
¡quedan tan pocos niños!
LABRADORES
Sus casas son de adobes,
con pajar y con cámbara.
Los suelos, embarrados
y las paredes, albas.
Al yugo de la tierra
están yuncidos siempre.
Su flor, la amapola
y su triunfo, las mieses.
Se mueven en los lomos
de las caballerías,
que cada vez que trotan
tañen melancolías,
y van por los caminos,
cañadas y senderos,
el grano de su vida
sembrando en sus terrenos.
Estirpe luchadora
de seres olvidados
que ven hasta del cielo
sus campos castigados.
Pero cómo los quieren
que nadie se les lleva
si cabe de sus vientres
sacar cosechas nuevas.
SECOS ESOS CAMPOS
Donde hay cardos, siembra flores
el labrador cuando siembra
y, a veces, recoge cardos,
regados por la tristeza.
Secos esos campos: ojos
de los hombres con sus penas;
por haber llorado tanto
y quedarse el alma seca.
Se perdieron en el luto
esperando primaveras,
los honrados campesinos
de los pueblos de mi tierra.
Surco arriba, surco abajo,
solos en el campo esperan.
Van esparciendo la vida
por una humilde cosecha.
¡Tantas son las malandanzas
que los pueblos acarrean!
Sol a sol echando horas
y… ¡es tan mísera su hacienda!
Tantas son que por amarte,
sólo por amor se quedan;
por tenerte a ti con ellos
como erial y como vega.
AMANECER
Si el agua corre, es que hay niños
que lo hacen correr.
Si el viento sopla, es que hay niños
que lo hacen soplar.
Si amanece,
es que ha nacido un niño.
Agua estancada soy yo, la vejez.
Tímido soplo, que apenas se ve.
Día sin luz ni calor.
Los niños tienen el sol y los aires.
Los niños tienen la fuerza en los pies.
Los niños suben al potro del viento
y se levantan después de caer.
Pero los viejos caminan despacio.
Si tienen potro, no pueden subir.
Van hacia donde les lleven los vientos
y sólo esperan el cielo al morir.
MI FLOR
Toma, mujer, mi flor: la amapola.
Las rosas son las flores de los otros.
Toma, mujer, como mi sangre, roja:
se la bebió en tu ausencia poco a poco.
Toma, mujer: la reina de los campos.
No conoció rosal que la quisiera.
No sé por qué se me parece tanto.
Sí que lo sé: es, como yo, de tierra.
LO QUE YO AMO
Yo amo lo sencillo, lo casero,
a las gentes humildes, verdaderas,
a las cosas pequeñas, a las eras,
al rebaño que abreva en el venero,
al niño que no sabe de dinero
y a ti que, como yo, te desesperas
por muchas haber sido las esperas
y pocos los encuentros; por cochero,
al viento que reviente las cadenas;
salud, que no riquezas, por carroza;
sonrisas por corceles y no penas;
y aquí, donde la paz se vive y goza,
quedar contra derrotas y condenas
lo mismo que la mies sobre la broza.
MI PUEBLO
Mi pueblo es de secano (cereales…)
y por agua, del cuerpo caluroso,
el sudor repugnante y oneroso
que les brota furioso a manantiales.
Mi pueblo es de tocino, boina y peales
y no de señorío primoroso.
Mi pueblo, aunque sencillo, es más hermoso
que los lugares faustos y reales.
Te quiero, pueblo mío, con tus lares
de adobe, con tus charcos y praderas,
con tus páramos yermos y el plantío,
con tus amontonados muladares,
tus ejidos, tus hatos y tus eras…
¡y con tus sementeras, pueblo mío!
EL RÍO DE MI PUEBLO
Angosto porque sólo
le llueven estrecheces.
Ovillo que recoge
los hilos de tristeza
y va sin equipaje
de ranas y de peces
soñando los lugares
a los que nunca llega.
El río que conozco,
callado y combatiente,
que no es río corriente
pues no lava ni riega.
El río misterioso,
que calla lo que siente
y avanza con su poco
caudal por la maleza.
El río solitario,
que fluye entre las mieses.
El río, que no es río
de cantos y de arena.
El río campesino,
que llora a los ausentes
y lleva un viejo puente
colgado a las acuestas.
EL POLVO
Polvo nuevo, polvo viejo…
Polvo que al cielo camina.
Levantar polvo es hacer
brotar del suelo la vida.
Son el polvo de los surcos
y el polvo de los rebaños
el aliento indispensable
de la boca de los campos.
Polvo viejo, poco polvo.
Nubes inmensas el nuevo.
De lo uno y de lo otro
que tenga polvo mi pueblo.
Eternamente orgullosos
seguid al cielo elevando,
sea mucho o sea poco,
el polvo de vuestros pasos.
NOCHES FELICES
¡Qué felices las noches en los bares
pasándose el porrón de peripecias
si sólo pintan copas en los aires!
Y cuando pintan oros… ¡qué felices!
Pero su palo casi siempre es otro
y entre sus cartas pocos oros viven.
Las de su palo son, ellos lo dicen,
las espinas, las zarzas, el trabajo…;
las de su palo son, aunque no pinten,
las espadas clavadas en sus carnes;
las de su palo son también los bastos,
que les asestan golpes incontables.
¡Qué felices las noches en los bares
con el porrón y, pinten lo que pinten,
mirándose en la cara de los naipes!
BAJO EL POLVO
Bajo el polvo del camino los rebaños,
bajo el polvo.
Bajo el polvo de la tierra
los labriegos.
Bajo el polvo levantado
por el paso de los tiempos.
Muchas casas abatidas
bajo el polvo de la ausencia
y leve soplo de vida
el polvo de las cosechas.
EL NOMBRE DE MI PUEBLO
Hoy todo es como es, nada es somero.
Callado, pero lleno de canciones.
Y se ven las estrellas en el cielo
como ramos de flores.
El aire que respiro es… impensable.
Ayer respiraría de lo mismo,
pero se vino aquí de las ciudades
en busca de cariño.
Con el polvo a la grupa del camino
la gente va de albarcas, boina y peales;
una pequeña bota con el vino
y un corazón muy grande.
Miro el reloj: parece que no corre.
¡Hoy la ciudad está tan bien tan lejos!
¡Tanta pradera!¡Tanta paz que dice
el nombre de mi pueblo…!
LOS MOZOS
¡Qué terrones más fuertes los mozos y qué solos
haciéndose notar entre los surcos, sobresaliendo
tanto y tanto del trágico nivel que la rastrilla
imperante y mandataria de la senectud impuso!
¡Qué montones de polvo comprimido, irrompible
por cualquier azadón que no sea el del tiempo;
con el corazón roto por falta de lugar
carnal donde ponerle sin que se hiciera daño!
Ni todas las obradas de vastos pedregales,
cuando sus uñas caven, negárseles podrán.
Yo sufro por sus dedos, débiles, que no encuentran
afirmación de hembra con la que hacer hogar.
EL MUSGO DE LOS SUEÑOS
Levanta el sol, se lleva las estrellas
que la rosada en la pradera puso.
Sobre el cuerpo mojado de las piedras
y sobre las cortezas de los árboles,
como hinchazón, sobresaliendo, el musgo.
Al levantar el sol, sobre sus hilos
se tienden a secar ropas y cuerpos.
Sobre las piedras mira el campesino
y sobre las cortezas de los árboles
a ver si nace el musgo de los sueños.
EL CAMPO
Aquí arriba no tengo
nada más que a la espiga;
ancianos, que laboran
los campos del recuerdo;
la casa donde solo
mi soledad habita;
el aire, sano, puro
y el plácido silencio.
Aquí arriba es abajo,
según decís vosotros,
pero yo no comparto
los dictámenes vuestros.
Placeres y riquezas
conozco a lo que obligan:
aquí arriba es arriba
por lo bien que me siento.
Respiro sus perfumes,
escucho sus sonidos,
camino hasta sus cumbres,
retorno cuando llego;
y espero que concluya
mi vida en estos pagos,
al lado del arado
mis surcos escribiendo.
DEJADME LA PAZ
Dejadme la paz, vivir en el campo.
Quedaos la guerra de la gran ciudad.
Tranquila existencia es lo que reclamo.
Dinero es dinero, no felicidad.
¡Dejadme, dejadme, dejadme la paz!
Porque yo... mirando las casas caídas,
a los cuatro viejos que ya no se irán,
a los que laboran y a los que se piensa
que dentro de un tiempo también partirán,
soy feliz. ¡Dejadme, dejadme la paz!
EL GRANO DE LOS PUEBLOS
El grano de los pueblos es la vida
tranquila, respirar el aire puro.
Aquí me vine porque aquí me curo,
aquí encontrada la razón perdida.
Allá la gente triste y abatida
y un cielo cada día más oscuro.
Aquí la claridad; y el campo duro,
labrado por la mano dolorida.
Al mundo no le queda otra salida:
el campo, lo veréis, es el futuro.
ESPERANZA Y VUELTA
Ya no tienen sudor: todo lo echaron
orgullosos a cambio de las mieses.
En sus sueños, mugidos de las reses
y cosechas que nunca terminaron.
A marcharse de aquí les obligaron,
deseosos de alzar sus intereses,
pero fieles al campo y sus reveses
a su tierra de siempre regresaron.
A su tierra de ejidos y de arados,
de simientes logradas y pedidas,
de plantíos, de ríos y de prados.
A la tierra que causa sus heridas
y abarrota de flores sus collados.
A su tierra, a sus campos, a sus vidas.
HE DE SER
He de ser corderillo
que salta en el otero
huyendo de la turbia
mirada de la tierra
y escaparme del hato
que cuidan los pastores
en busca de otros cerros,
melgares y praderas.
He de ser por mí mismo,
hacer lo que deseo,
caminar el camino
de mis propias ideas;
desnudarme del polvo
que producen mis pasos
y cubrirme del polvo
que produzcan mis huellas.
***
Para el que busca la felicidad,
el campo es mi receta preferida,
que no es vivir con más, sino con vida.
lunes, 27 de diciembre de 2010
ADIVINA A TRAVÉS DE LA POESÍA
Los pasados días 9 y 10 de octubre, coincidiendo con el puente del Pilar, tuvieron lugar en Sebúlcor las X jornadas del libro Infantil, Juvenil y más…, como ya es habitual en estas fechas.
Este año se ha celebrado el décimo aniversario de estas jornadas culturales y para conmemorarlo el Ayuntamiento ha publicado el libro “JUANITO CARACOL” X Aniversario que es una recopilación de las obras premiadas en ediciones anteriores del concurso de cuentos que lleva su nombre.
Los actos comenzaron el sábado a las 12 de la mañana con la inauguración de las X jornadas y la apertura de la venta de libros a cargo de la librería “Tizas” del Espinar. La actuación de apertura “El Tesoro de la Serpiente Guaguadú”, a cargo de la Compañía de Teatro Mutis, tuvo que ser suspendida debido a las inclemencias meteorológicas.
Por la tarde tal como estaba programado se desarrollo una Gymkhana literaria basada en las Crónicas de Narnia, en la que hubo que improvisar y prescindir de algunas pruebas preparadas debido a la lluvia, niños y jóvenes estuvieron entretenidos resolviendo los enigmas y acertijos que tuvieron que desvelar para llegar a la prueba final. Para terminar la tarde del sábado, pasada por agua, Cuentacuentos en el salón municipal.
La mañana del domingo amaneció más apacible y las actividades se desarrollaron con normalidad. El poeta Rafael de Dios nos divirtió con su poesía a niños y a adultos con el lema: “Adivina a través de la poesía”. A continuación se dieron relevo a lo largo de la tarde una serie de talleres para todos los públicos con gran afluencia de personal infantil.
Este año se ha celebrado el décimo aniversario de estas jornadas culturales y para conmemorarlo el Ayuntamiento ha publicado el libro “JUANITO CARACOL” X Aniversario que es una recopilación de las obras premiadas en ediciones anteriores del concurso de cuentos que lleva su nombre.
Los actos comenzaron el sábado a las 12 de la mañana con la inauguración de las X jornadas y la apertura de la venta de libros a cargo de la librería “Tizas” del Espinar. La actuación de apertura “El Tesoro de la Serpiente Guaguadú”, a cargo de la Compañía de Teatro Mutis, tuvo que ser suspendida debido a las inclemencias meteorológicas.
Por la tarde tal como estaba programado se desarrollo una Gymkhana literaria basada en las Crónicas de Narnia, en la que hubo que improvisar y prescindir de algunas pruebas preparadas debido a la lluvia, niños y jóvenes estuvieron entretenidos resolviendo los enigmas y acertijos que tuvieron que desvelar para llegar a la prueba final. Para terminar la tarde del sábado, pasada por agua, Cuentacuentos en el salón municipal.
La mañana del domingo amaneció más apacible y las actividades se desarrollaron con normalidad. El poeta Rafael de Dios nos divirtió con su poesía a niños y a adultos con el lema: “Adivina a través de la poesía”. A continuación se dieron relevo a lo largo de la tarde una serie de talleres para todos los públicos con gran afluencia de personal infantil.
domingo, 26 de diciembre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)